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7/20/2010
Ciberacoso
Ciberacoso es el uso de información electrónica y medios de comunicación tales como correo electrónico, redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos móviles, y websites difamatorios para acosar a un individuo o grupo, mediante ataques personales u otros medios. Puede constituir un delito penal. El ciberacoso es voluntarioso e implica un daño recurrente y repetitivo infligido a través del medio del texto electrónico. Según R.B. Standler[1] el acoso pretende causar angustia emocional, preocupación, y no tiene propósito legítimo para la elección de comunicaciones. El ciberacoso puede ser tan simple como continuar mandando e-mails a alguien que ha dicho que no quiere permanecer en contacto con el remitente. El ciberacoso puede también incluir amenazas, connotaciones sexuales, etiquetas peyorativas (p.e., discurso del odio).

El término ciberacoso fue usado por primera vez por el educador canadiense Bill Belsey.[2] Otros términos para ciberacoso son "acoso electrónico," "e-acoso," "acoso sms", "network mobbing", "acoso móvil" "acoso en línea", "acoso digital", "acoso por internet", "acoso en internet" o "internet acoso".
Definiciones


Según María José Edreira, en la "Fenomenología del acoso moral",[3] acoso moral es el "proceso por el cuál un individuo o grupo de individuos aplican violencia –psíquica o física– en pequeñas dosis a otro individuo con la intención de desestabilizarlo y hacerlo dudar de sus propios pensamientos y afectos. De esta forma se arrebata al otro su identidad, se niega y elimina la diferencia con el otro. El objetivo de esta conducta es paralizar a la víctima para evitar que surja el conflicto, para que no pueda pensar ni comprender, mantenerla a disposición del agresor mientras sea útil y adoctrinarla. El proceso pretende pervertir moralmente a la víctima y destruirla lentamente para conseguir un crimen perfecto, se elimina a la víctima por inducción al suicidio o violencia física." Acoso moral es toda conducta abusiva –verbal o no verbal– que atenta por su frecuencia y repetición contra la dignidad o integridad psíquica o física de una persona.

Al ser un problema relativamente reciente, para muchas víctimas el 'ciberacoso' significa vivir bajo terror durante varios meses antes de decidirse a buscar ayuda. El problema se agrava aún más, cuando después de decidirse a buscarla, pocas personas saben a donde acudir.[4]

Para identificar el acoso, Heinz Leymann, un psicólogo nórdico de los años ochenta, estableció tres elementos diferenciadores: la frecuencia, la continuidad en el tiempo y la concurrencia de uno o varios de los hechos enumerados.[5]


Características del ciberacoso


  • Requiere destreza y conocimientos sobre Internet. Ésta información la obtiene principalmente de foros informáticos.
  • Falsa acusación: La mayoría de los acosadores intentan dañar la reputación de la víctima manipulando a gente contra él.
  • Publican de información falsa sobre las víctimas en sitios web. Pueden crear sus propas webs, páginas de redes sociales (páginas de Facebook), blogs o fotologs para este propósito. Mientras el foro donde se aloja no sea eliminado, puede perpetuar el acoso durante meses o años. Y aunque se elimine la web, todo lo que se publica en Internet se queda en la red.
  • Recopilación de información sobre la víctima: Los ciberacosadores pueden espiar a los amigos de la víctima, su familia y compañeros de trabajo para obtener información personal. De esta forma saben el resultado de los correos difamatorios, y averiguan cuales son los rumores más creíbles de los que no crean ningún resultado.
  • A menudo monitorizarán las actividades de la víctima e intentarán rastrear su dirección de IP en un intento de obtener más información sobre ésta.
  • Envían de forma periódica correos difamatorios al entorno de la víctima para manipularlos.
  • Manipulan a otros para que acosen a la víctima. La mayoría tratan de implicar a terceros en el hostigamiento. Si consigue este propósito, y consigue que otros hagan el trabajo sucio hostigándole, haciéndole fotos o vídeos comprometidos, es posible que use la identidad de éstos en las siguientes difamaciones, incrementando así la credibilidad de las falsas acusaciones, y manipulando al entorno para que crean que se lo merece. A menudo la víctima desconoce la existencia de estos hechos, debido al silencio de los testigos. Incluso el acosador puede decir que la víctima ya conoce estas fotos/vídeos, para intentar evitar que algún testigo le informe; incrementando así las sospechas y creando una falsa paranoia en la víctima.
  • El acosador puede trasladar a Internet sus insultos y amenazas haciendo pública la identidad de la víctima en un foro determinado (blogs, websites), incluso facilitando en algunos casos sus teléfonos, de manera que gente extraña se puede adherir a la agresión.
  • Quizá acuse a la víctima de haberle ofendido a él o a su familia de algún modo, o quizá publique su nombre y teléfono para animar a otros a su persecución.
  • Falsa victimización. El ciberacosador puede alegar que la víctima le está acosando a él.
  • Ataques sobre datos y equipos informáticos. Ellos pueden tratar de dañar el ordenador de la víctima enviando a virus.
  • Sin propósito legitimo: quiere decir que el acoso no tiene un proposito válido, sino aterrorizar la víctima y algunos acosadores están persuadidos de que tienen una causa justa para acosarla, usualmente en la base de que la víctima merece ser castigada por algún error que dicen que ésta ha cometido.
  • Repetición: quiere decir que el ataque no es un sólo un incidente aislado. Repetición es la clave del acoso en línea. Un ataque en línea aislado, aún cuando pueda estresar, no puede ser definido como acoso cibernético.
  • Desamparo legal de estas formas de acoso, ya que aunque cierren una Web con contenido sobre la víctima, puede abrirse otra inmediatamente.
  • Es un modo de acoso encubierto.
  • Es un acto de crueldad encubierta.
  • El acoso invade ámbitos de privacidad y aparente seguridad como es el hogar familiar, desarrollando el sentimiento de desprotección total.
  • El acoso se hace público, se abre a más personas rápidamente.
  • No necesaria la proximidad física con la víctima. El 'ciberacoso' es un tipo de acoso psicológico que se puede perpretar en cualquier lugar y momento sin necesidad de que el acosador y la víctima coincidan ni en el espacio ni en el tiempo. Por ejemplo, quien abusa puede mandar una amenaza desde cientos de kilómetros a medianoche y quien lo recibe lo hará cuando a la mañana siguiente abra su correo electrónico.
La omnipresencia y difusón instantánea de internet provoca que el 'ciberacoso' pueda llegar a ser tan o más traumático que el acoso físico.


Por otro lado, "la fácil agrupación de hostigadores, a quienes se puede pedir su colaboración de manera fácil y económica, sean personas conocidas o no y la cómoda reproducción y distribución de contenidos de carácter audiovisual son otros factores que en determinadas circunstancias resultan determinantes para que surja o se consolide una situación de 'ciberacoso'".[6]
El 'ciberacoso', al tratarse de una forma de acoso indirecto y no presencial, el agresor no tiene contacto con la víctima, no ve su cara, sus ojos, su dolor, su pena, con lo cual difícilmente podrá llegar a empatizar o despertar su compasión por el otro. El ciberaacosador obtiene satisfacción en la elaboración del acto violento y de imaginar el daño ocasionado en el otro, ya que no puede vivirlo in situ.[7]

Tipos de ciberacoso


Se pueden distinguir tres tipos principales de ciberacoso:
  • Ciberacoso: Acoso entre adultos. La víctima y el ciberacosador son mayores de edad.
  • Ciberacoso sexual: Acoso entre adultos con finalidad sexual.
  • Ciberbullying: Acoso entre menores.
Otros relacionados
  • Grooming: Acoso de pedófilos a menores.
  • Web apaleador: Web creada para realizar 'ciberacoso' sobre la víctima, metiéndose con él/ella de manera pública y ridiculizándolo/la. De esta forma se anima a los testigos a que hostiguen a la víctima.
Por otro lado, según el alcance del ciberacoso, se pueden distiguir dos clases diferentes:

  • La primera de ellas se centra en el acoso y amenazas a través de la red, pero sólo cuando se está conectado.
  • En la segunda de las modalidades, el acoso y amenazas que se dan a través de la red, se trasladan a la vida real de la persona.
Si bien cualquiera de los dos tipos es igual de intimidatorio para la persona que lo sufre, también es cierto que el segundo es más peligroso ya que afecta a la integridad física de la persona.

Ámbitos del ciberacoso


El ciberacoso puede englobar varios tipos de acoso conocidos:

  • El acoso psicológico
  • El acecho o stalking
  • El acoso escolar
  • El acoso laboral
  • El acoso sexual
  • El acoso inmobiliario
  • El acoso familiar
La particularidad adicional del ciberacoso es el uso principalmente de Internet. Debido al alcance, difusión, y masificación del uso de Internet, se puede dar ciberacoso prácticamente en todos los ámbitos en los que se mueve una persona relativamente joven hoy en día:


Académico: durante la etapa de formación adolescente, hasta la universidad, pasando por cualquier tipo de escuela adicional (idiomas, cursos, etc). Las redes sociales clasifican a sus usuarios según los colegios, escuelas, universidades donde se ha estudiado o se estudia actualmente, de forma que mediante el buscador interno de la red social, se permite localizar a una persona, y si el ciberacosador consigue acceder de forma ilegal a su cuenta, puede obtener cuantiosa información privada y del entorno de la víctima.[8]

Profesional: en el trabajo. Actualmente, la mayoría de las empresas tienen página web, dirección de contacto, y se trabaja con los ordenadores conectados en red.

Social y amoroso: Del mismo modo que en el ámbito académico, los miembros más jóvenes de la familia hacen uso de Internet. En Facebook por ejemplo, se permite enlazar con la pareja actual del usuario.

Las víctimas de 'ciberacoso', como las de acoso en la vida real, sufren problemas de estrés, humillación, ansiedad, depresión, ira, impotencia, fatiga, enfermedad física, pérdida de confianza en sí mismo, pudiendo derivar al suicidio.[4]


Partes implicadas


El acosador

Según Antonio Chacón Medina, autor de "Una nueva cara de Internet: El acoso", <disfruta persiguiendo a una persona determinada, ya tenga relación directa con ella o sea una completa desconocida. El acosador disfruta y muestra su poder persiguiendo y dañando psicológicamente a esa persona>>.
Anonimato

El acosador se siente en una posición de poder desde el anonimato que se percibe mientras se está “en línea”. Durante todo ese tiempo va recopilando toda la información posible acerca de su víctima, fundamentalmente en aquellos aspectos que forman parte de su vida privada y de sus movimientos en la Red. Una vez obtenida dicha información, es cuando el acosador inicia su proceso de acoso. Sin embargo, si el acosador es realmente una persona depravada y/o enferma y, si la información obtenida hasta ese momento es suficiente, comenzará el asedio mediante los diferentes medios que tenga a su alcance. Su motivación para el acoso siempre gira en torno al acoso sexual, la obsesión amorosa, el odio, la envidia, la venganza o la incapacidad de aceptar un rechazo.[4]

Carencia de principios

Según Iñaki Piñuel y Zabala,[9] los acosadores son "personas que tienen una profunda alteración de la personalidad. Son sujetos que carecen de norma moral interna; que no dudan en eliminar a un posible competidor. El acosador también puede ser un individuo narcisista, con un profundo complejo de inferioridad; pero que, ante los demás, siempre está diciendo lo mucho que vale. Estos sujetos tienden a rodearse de personas mediocres o sumisas que confirman esta idea que tienen de sí mismos. En realidad, suelen ser personas poco brillantes; pero muy hábiles en la manipulación de los otros, tanto para conseguir su colaboración anónima y silenciosa, como para maltratar. Son expertos en debilidades humanas. Son auténticos psicópatas; carecen de capacidad para ponerse en el lugar de los otros. Su mente, además, funciona al revés. Las lágrimas producen compasión; en ellos no. Los signos de debilidad son un detonante que acentúa su comportamiento agresivo. Estos psicópatas intentan humillar, anular, y aniquilar a su víctima. Para lograrlo, no dudan en agredir verbal o físicamente e inventarse todo tipo de rumores y calumnias. Así manipula a los demás y propicia su linchamiento público. El mobbing es causa, en Europa, de uno de cada cinco suicidios".


Según Rodríguez López en su libro "El Acoso moral en el trabajo"[10] define a estas personas como " resentidas, frustradas, envidiosas, celosas o egoístas, teniendo uno, o varios o todos estos rasgos en mayor o menor medida. Están necesitadas de admiración, reconocimiento y protagonismo y lo que quieren es figurar, ascender o aparentar, aun cuando simplemente deseen hacer daño o anular a otra persona".

Carencia de empatía

El acosador psicológico, a diferencia de otro acosador como puede ser sexual mantiene hasta el último momento (la sentencia condenatoria) e incluso después, la convicción interna de no haber hecho nada malo. Así como en el acoso sexual, el sujeto activo que es demandado o denunciado, suele interiorizar a la llegada a los tribunales que algo ha hecho (...bueno, es cierto que ese día me pasé un poco...), aunque acto seguido intente desdramatizar su comportamiento con frases como "... pero no hay que tener una mente estrecha" o "estamos en una sociedad liberalizada" u otras similares.[11]
El acosador psicológico carece de las habilidades emocionales que sus víctimas tienen, piensa que al destruir a su víctima puede asimilar de alguna forma sus competencias interpersonales.[3]

Marie-France Hirigoyen, en su obra "El acoso moral", proporciona una serie de características propias de las personalidades narcisistas que pueden ayudar a detectar un perseguidor u hostigador en el lugar de trabajo:
  • El sujeto tiene una idea grandiosa de su propia importancia.

  • Le absorben fantasías ilimitadas de éxito y de poder.
  • Se considera especial y único.
  • Tiene una necesidad excesiva de ser admirado.
  • Piensa que la víctima se le debe todo.
  • Explota al otro en sus relaciones interpersonales.
  • Inmadurez emocional.
  • Carece de empatía (no se siente culpable) aunque pueden ser muy brillantes socialmente.
  • Puede fingir que entiende los sentimientos de los demás.
  • Tiene actitudes y comportamientos arrogantes.
  • Se siente acomplejado respecto a la víctima.
Su perfil psicológico tiene las siguientes características:


Falta de empatía: son incapaces de ponerse en el lugar del otro, se centran en sí mismos pero buscan el apoyo de los demás. Son insensibles, incapaces de deprimirse y de experimentar auténticos sentimientos de duelo o tristeza. En sus relaciones interpersonales ven al otro como a una amenaza, les falta humildad para enriquecerse y aprender de los demás. Viven atemorizados por las capacidades de las personas que los rodean.


Irresponsables y carentes de sentimiento de culpa: tienen dificultades para tomar decisiones en su vida diaria y necesitan que otras personas asuman esa responsabilidad. Se defienden mediante mecanismos de proyección y de negación de la realidad, le adjudican la culpa al otro. Es consciente de que no tiene sentimientos y los simula para enmascararse ante los demás. No tiene sentimiento de culpa pero es un maestro manipulando este sentimiento en los demás.

Mentira compulsiva y sistemática: en su máxima competencia. Suelen llevar una doble vida y rehacen su vida privada con facilidad porque se hacen pasar por víctimas. Fingen la apropiación de las características que les franquean la confianza de los demás tanto en su vida privada, como en la profesional y social. Son impostores que fingen para dar imagen de buena persona. Se nota con claridad que mienten, pero sus mentiras son tan grandes y tan descaradas en público que las víctimas se suelen quedar anonadadas, paralizadas e incapaces de responder.

Megalomanía y discurso mesiánico: se colocan en posición de referencia del bien y del mal, tienen discurso moralizante, exhiben valores morales irreprochables, se presentan como personas religiosas o cívicas. Consiguen así dar una buena imagen de sí mismos, a la vez que denuncian la perversión humana. Suelen tener habilidad retórica pero su discurso es muy abstracto, no son capaces de ser concretos y cuando lo intentan pasan al extremo de los detalles insignificantes.

Encanto personal: entran en relación con los demás para seducirlos. Se les suele describir como encantadores, de ahí la reacción de asombro de su entorno cuando son descubiertos en su crimen. Esta capacidad de seducción está muy relacionada con su forma de mentir, suelen utilizar las historias de otros en las que se ponen a sí mismos como protagonistas sin la menor vergüenza.


Vampirismo y estilo de vida parasitario: siente una envidia muy intensa hacia los que parecen poseer cosas que ellos no poseen, sobre todo hacia los que gozan de la vida. Son muy pesimistas y la vitalidad de los demás le señala sus propias carencias. Para afirmarse tiene que destruir. Compensa su déficit de autoestima con el rebajamiento de sus víctimas y la exaltación de sus supuestas cualidades. En la vida privada sus parejas suelen ser muy optimistas y se casan con personas de las que puedan vivir. Intentan siempre buscar un alto estatus social aunque no lo consigan. Cuando hablan a menudo se refieren a personas de alto rango social con las que tienen relaciones, casi siempre estas personas sólo existen en su imaginación. En el trabajo consiguen que los demás les hagan el trabajo. Son incapaces de realizar tareas que otros harían sin la menor dificultad.

Paranoia: el perverso narcisista toma el poder mediante seducción, el paranoico por la fuerza. Los perversos narcisistas recurren a la fuerza física sólo cuando la seducción deja de ser eficaz. La fase de violencia física del proceso de acoso moral es en sí misma un desequilibrio paranoico. Cuando atacan los perversos pretenden protegerse, atacan antes de ser atacados. También tiene el tipo de mecanismo proyectivo propio del paranoico: se sitúa y se hace percibir por los demás como víctima de las personas a las que agrede, que supuestamente le han traicionado.

Manipulación premeditada: no manipula de forma aleatoria como haría un psicópata criminal. El psicópata organizacional tiene un objetivo meditado y deliberado: el poder. La táctica del psicópata suele seguir siempre el mismo patrón: fase de estudio y evaluación, fase de manipulación y fase de confrontación.



Los sentimientos de inadecuación son los que llevan al acosador a eliminar de su entorno lo que considera una amenaza, la víctima. Los especialistas suelen hablar de los “cadáveres en el armario” del acosador moral, suelen tener un pasado “criminal” en el que han eliminado a sucesivas víctimas tanto en el trabajo como en la pareja. La experiencia que adquiere en sus años de acoso le hace perfeccionar su técnica hasta convertirlo en un maestro de la inducción al suicidio. Se les considera asesinos psíquicos en serie. El acosador moral es un muerto en vida que necesita la imagen de buena persona que los demás tienen de él para sobrevivir, en su obsesión por mantener esta imagen se enmascara, se lava las manos, evita manchar sus manos de sangre y echa su responsabilidad a otros.


Cobardía


En el caso de ciberacoso, se añade la característica de cobarde, ya que se oculta tras el aparente anonimato y falsificación de identidad que proporciona internet.

Educación

Los acosadores provienen de cualquier capa de la sociedad, según los expertos, pero todos tienen una serie de rasgos en común. Todos han sido educados con valores como la sumisión y la prepotencia, y no en la igualdad, y están acostumbrados a avasallar, entre otros aspectos.[16]

Los acosadores están motivados por un deseo de control sobre las acciones y sentimientos de sus victimas, y por un deseo de mantener algún tipo de conexión con ellas a través de la manipulación y control - sin tener en cuenta los deseos de la victima. Con mucha frecuencia, los acosadores con frecuencia amenazan y molestan con un comportamiento hostil y agresivo que puede llegar a la violencia.[17

Cuatro tipos de acosador



En el sitio Web de wiredpatrol, se describe de forma clara el perfil de un acosador, en sus cuatro tipos: obsesivo-simple, amor obsesivo – desilusionado, erotomaníaco y síndrome de víctima falso.


El obsesivo simple es un individuo que tiene una relación anterior con la víctima y que intenta seguir manteniéndola, esto es, se niega a aceptar que la relación que se establece en un determinado momento se acabe aunque se lo hagan saber repetidas veces. Este tipo de acosador es posible que durante la relación establecida, ya hubiera sido emocionalmente abusivo con la acosada o acosado. En investigaciones de Geberth[18] se detecta que este grupo de acosadores es el más numeroso, un 47 %, y el que supone una mayor amenaza para la víctima.


El segundo tipo, el que demuestra un amor obsesivo, suele ser es una persona sola, con poca facilidad para establecer relaciones personales, y en algunos casos puede sufrir enfermedades mentales como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Es el acosador que persigue a una persona célebre y que no tiene contacto con la víctima más allá del límite de su propia mente. Supone el segundo grupo más grande, según Geberth,[18] con un 43 % de los sujetos acosadores.


El tercero, el erotomaníaco, difiere del anterior en su percepción de que cree que es su víctima la que está enamorada de él, y por eso la persigue.


El cuarto grupo, formado por sujetos con el llamado síndrome de víctima falso (Hickey[19] ), se caracteriza por acosar a otra persona real o imaginaria de acosarlos a ellos.[4]

La víctima


Según Fernández,[20] <Entiende que él/ella ha hecho algo mal, se lo merece puesto que nadie le apoya. Su aislamiento psíquico, su falta de comunicación, el desconocimiento de éstos sobre los hechos, la falta de solidaridad entre compañeros, socavan la fuerza de la víctima>>


En principio, no se puede afirmar que exista un perfil psicológico que predisponga a una persona a ser víctima de acoso u hostigamiento en su lugar de trabajo. Esto quiere decir que cualquier persona en cualquier momento puede ser víctima. Únicamente debe ser percibida como una amenaza por un agresor en potencia y encontrarse en un entorno favorable para la aparición del fenómeno. Las víctimas de acoso no tienen porqué ser siempre personas débiles o enfermas desde un punto de vista psicológico, ni personas con rasgos diferenciales marcados o que presenten dificultades a la hora de relacionarse socialmente. Al contrario en muchos casos nos encontramos que las víctimas se autoseñalan involuntaria e inconscientemente como dianas o blancos ante los ojos del agresor, precisamente por enfrentarse directamente al acoso.

Los testigos


Los receptores de las calumnias no se dan cuenta que están sufriendo una manipulación y una invasión a su intimidad.[21]
Según Iñaki Piñuel y Zabala, uno de los motivos por los que los testigos se adhieren al hostigador algunos de los compañeros es porque éstos desean no tener problemas. Piensan que algo habrá hecho la víctima. En cualquier caso ven a la víctima como alguien con quien no conviene estar. Esta situación lleva a la persona aislada a reforzar la idea de que él tiene la culpa, pues nadie le habla.
Esta percepción del acosador con respecto a su víctima es lo que hace que nazca una necesidad de mentir, desacreditar y enfrentarla al resto del grupo. Para ello el acosador no se encuentra solo, sino que encuentra en los demás –aunque sea en su pasividad-, la fuerza suficiente para destrozar psicológicamente a su víctima.


Nada tiene que ver la imagen que pretende proyectar el acosador de su víctima con la realidad. Mientras que esa imagen pretende reflejar una persona poco inteligente y holgazana, los acosados a menudo suelen ser inteligentes y trabajadores. Las víctimas son personas que ante los ojos de su verdugo se aparecen como envidiables, debido a sus características positivas -a menudo se trata de personas carismáticas que tienen grandes habilidades para las relaciones sociales -, sobre todo si son inconformistas y gracias a su inteligencia y preparación cuestionan sistemáticamente los métodos y fórmulas de organización del trabajo que les vienen impuestos.

Otra de sus características es su predisposición al trabajo en equipo, ya que no dudan un instante en colaborar con sus compañeros, facilitándoles cuantos instrumentos y medios estén a su alcance en pro de la consecución de los objetivos colectivos.[11]

Clasificación de los testigos


  • Compinches: Amigos íntimos y ayudantes del agresor.
  • Reforzadores: Aunque no acosan de manera directa, observan las agresiones y las aprueban e incitan.
  • Ajenos: Se muestran como neutrales y no quieren implicarse, pero al callar están tolerando el acoso.
  • Defensores: Pueden llegar a apoyar a la víctima del acoso.[22]
 Manipulación del entorno


Para poder hostigar a otro ser humano el acosador habrá de ejercer dos tipos de manipulaciones, una dirigida al entorno de la víctima y otra dirigida hacia la persona acosada:
Para el acosador la manipulación dirigida al entorno tiene como finalidad convertirlo en su aliado, ya sea para que colabore en el hostigamiento o bien para que no haga evidente lo obvio y para ello lo único que le pide el acosador es que no haga nada. El entorno que no hace nada se convierte en colaborador tácito del acoso.[23]

Una forma de colaboración sería mediante el uso de ataques sutiles y ambigüedades incitados por el acosador
Los ataques sutiles hacia la víctima se usan para desestabilizarla y para eludir sus defensas psicológicas. El objetivo es infundir inseguridad e incertidumbre en la víctima que dudará sobre cómo reaccionar y se preguntará si el ataque sutil ha sido intencionado o no. El acosador o colaborador manipulado por el ciberacosador mencionará algún tema personal o incluso información privada y confidencial sobre la víctima. Un ejemplo de esto puede ocurrir después de que el ciberacosador haya enviado correos difamatorios con información falsa, instando a los testigos/colaboradores que indaguen sobre ello. La ambigüedad se puede presentar a través de indirectas o comentarios imprecisos que además provocan frustración y tristeza en la víctima.[24]
La manipulación del lenguaje dirigida a la víctima tiene como objetivo dañarla y desestabilizarla.

Ningún acoso puede perdurar sin la colaboración de los 'testigos mudos'. Cada vez que se justifica el aislamiento en las frases: 'se lo habrá buscado', o 'alguna cosa habrá hecho'. Cada vez que se mira para otra parte, cuando delante de nosotros se agrede a una persona (aunque sea con el vacío), lo que se palpa son grados de perversidad. Uno de los objetivos del acosador es aislar a la víctima de la sociedad, marginándola, creando una imagen de ésta despreciable, para que la propia sociedad la rechace. De esta forma los testigos se convierten en cómplices de un delincuente sin que éstos lo sepan.[25]

[editar] Daño sin huellas


Las etapas por las que se pretende aplastar a una persona para luego destruirla son iguales en todos los ambientes. El 'psicoterror' es una tortura psicológica en la que se suministra la violencia en dosis pequeñas a la vez que se paraliza a la víctima con diversos procedimientos -similares a los que se utilizan en un lavado de cerebro- para que no pueda defenderse. De esta manera un individuo o grupo de individuos ejercen su poder sobre otro individuo sin que pueda defenderse. Es una violencia 'limpia', no hay huellas, los testigos no ven nada. El fin de esta violencia no es destruir al otro inmediatamente, sino someterlo poco a poco manteniéndolo a su disposición para poder utilizarlo. La destrucción del otro debe ser lenta para conseguir un crimen perfecto: no es el agresor el que mata, es el otro quien se mata. El suicidio del otro es el mayor triunfo del acosador moral, es exactamente lo que quiere.[25]



La mayoría de agresores y testigos del acoso o Ciberacoso, tienden a relativizar e infravalorar las consecuencias de sus acciones, considerándolas meramente como una "broma pesada".[26]



Por otro lado, los testigos resultan muy eficaces en la solución del acoso ya que éste puede continuar sólo si los espectadores lo toleran.[22]



[editar] Procedimiento del acosador

El acosador es un 'depredador moral' que plantea su relación con los demás como un juego mortal, una partida de ajedrez en la que él mueve las piezas de los dos jugadores, lo primero que hace es atar las manos del otro jugador.



El acosador suele ir perfeccionando 'su técnica' con cada una de sus víctimas (acosa en serie y de forma múltiple), un acosador experimentado no comete errores, usa colaboradores para el trabajo sucio, no deja pruebas, es brutal y seguro en sus actuaciones, no duda.



La experiencia que adquiere en sus años de acoso le hace perfeccionar su técnica hasta convertirlo en un maestro de la inducción al suicidio. Se les considera asesinos psíquicos en serie. El acosador moral es un muerto en vida que necesita la imagen de buena persona que los demás tienen de él para sobrevivir, en su obsesión por mantener esta imagen se enmascara, se lava las manos, evita manchar sus manos de sangre y echa su responsabilidad a otros.[25]



[editar] Medios usados por el acosador para obtener información

Los ciberacosadores encuentran a sus víctimas mediante el uso de buscadores, foros, chats, y más recientemente, a través de redes sociales como Facebook, Tuenti, Habbo, MySpace, Flickr, Skype, Twitter, Sonico, Linkedin, Xing, etc.



[editar] Obtención de información a través de la víctima

El acosador se siente en una posición de poder desde el anonimato que se percibe mientras se está “en línea”; durante todo ese tiempo va recopilando toda la información posible acerca de su víctima, fundamentalmente en aquellos aspectos que forman parte de su vida privada y de sus movimientos en la Red.[4] La cantidad de información que recopile de la víctima dependerá principalmente de la inocencia de la víctima a la hora de manejar sus datos, como de la habilidad del acosador y su obsesión por la víctima, ya que cuanto más esté obsesionado, mayor interés pondrá en buscar en foros de hackers y en aprender los conocimientos informáticos necesarios para conseguir información de la víctima. Si la víctima tiene internet buscará el modo de conectar con ella, ya sea a través de las redes sociales, de clientes de mensajería instantánea, o a través del envío de correos electrónicos infectados. Una vez consiga acceder a su correo, procederá al robo de todos sus contactos y toda su información privada. Monitorizará su ordenador mediante el uso de rootkits y registradores de teclas. Si desconoce su ubicación, irá rastreando la IP desde donde se conecta la víctima para hallar su ubicación.



[editar] Obtención de información a través del entorno de la víctima

Para obtener más información, o si no puede contactar con la víctima, el ciberacosador buscará información personal de la víctima usando el mismo método pero a través de su entorno: amigos, familiares, compañeros trabajo, compañeros de estudio, vecinos, etc.



[editar] Ejemplos acciones del ciberacosador

[editar] Violación derecho a la intimidad

Usurpar su clave de correo electrónico para, además de cambiarla de forma que su legítimo propietario no lo pueda consultar, leer los mensajes que a su buzón le llegan violando su intimidad.

Robo de fotos, videos, audios, datos personales, tarjetas de crédito, contraseñas, archivos, contactos del entorno de la víctima y de sus familiares,etc. de su ordenador.

[editar] Calumnias e injurias

Acceder de forma ilegal a la cuenta de correo electrónico, red social, red de mensajería instantánea, suplantando la identidad de la víctima e insultar a sus contactos.

Envíos de E-mail tanto de forma anónima (fácil con los e-mail gratuitos, en los que se puede falsear la identidad), como manipulados para dar la impresión que lo envió la misma persona acosada y ponerla así en una difícil situación en la que su credibilidad quedaría en entredicho.

Dejar comentarios ofensivos en foros o participar agresivamente en chats haciéndose pasar por la víctima de manera que las reacciones vayan posteriormente dirigidas a quien ha sufrido la usurpación de personalidad.

La manipulación de fotografías del acosado o acosada es otro medio, el acosador puede retocarla y subirla a la Red con el único objetivo de herir y asustar a su victima.

Colgar en la Red una Web “dedicada” a la persona acosada, contenidos personales ofensivos, pornográficos,..., para asustar y conseguir de la victima lo que desea.

Colgar en Internet una imagen comprometida (real o efectuada mediante fotomontajes) datos delicados, cosas que pueden perjudicar o avergonzar a la víctima y darlo a conocer en su entorno de relaciones. Siendo éstas fotos, videos, o audios previamente robadas de su ordenador.

Hacer circular rumores en los cuales a la víctima se le suponga un comportamiento reprochable, ofensivo o desleal, de forma que sean otros quienes, sin poner en duda lo que leen, ejerzan sus propias formas de represalia o acoso.

Dar de alta, con foto incluida, a la víctima en un web donde se trata de votar a la persona más fea, a la menos inteligente...y cargarle de “puntos” o “votos” para que aparezca en los primeros lugares.

Crear un perfil o espacio falso en nombre de la víctima, donde se escriban a modo de confesiones en primera persona determinados acontecimientos personales, demandas explícitas de contactos sexuales...

Generalmente, la mayoría del entorno de la víctima conoce el sitio creado y humillan a la víctima, que nunca está al tanto de lo que sucede, a pesar de ser el protagonista.



[editar] Amenazas

Enviar menajes amenazantes por e-mail o SMS, perseguir y acechar a la víctima en los lugares de Internet en los se relaciona de manera habitual provocándole una sensación de completo agobio.

[editar] Bombardeo de llamadas

Uso del teléfono móvil como instrumento de acoso: Las amplias posibilidades que brinda la actual telefonía móvil, han sabido ser empleadas perversamente por los ciberacosadores. La más tradicional es la de las llamadas ocultas realizadas a horarios inoportunos. Pueden ir desde llamadas silenciosas a amenazas graves que incluyen insultos, gritos o mensajes intimidatorios.[27]

[editar] Otros

Dando de alta la dirección de correo electrónico en determinados sitios para que luego sea víctima de spam,, suscripciones, de contactos con desconocidos...

Saturación de los buzones de mail mediante diferentes técnicas como pueden ser: el Mail Bombing que consiste en un envío masivo de un mensaje idéntico a una misma dirección, saturando así buzón de correo (mailbox) del destinatario, el Mail Spamming o bombardeo publicitario a miles de usuarios, hayan estos solicitado el mensaje o no, o el Junk Mail o correo basura, muy parecido al anterior, es una propaganda indiscriminada y masiva a través del correo.,[28] [4]

[editar] Detección del acosador: la manipulación

Una persona obra mal cuando ataca, desprecia, humilla la dignidad de otra. Esto crea un sentimiento de 'INDIGNACIÓN' a las personas que son testigo de un dolor injustificado y evitable. Cuanto más profunda sea la anulación de la dignidad de una persona, mayor maldad habrá en el comportamiento. La manipulación evita que surja esta indignación haciendo creer al entorno que la víctima lo merece.



Según Marina Parés Soliva en "Mobbing, Detección del acosador a través del lenguaje",[23] la manipulación del lenguaje es una herramienta propia del acosador psicológico, ya que pretende ocultar el ejercicio de la violencia y al mismo tiempo utiliza información privilegiada para dañar. Es necesario comprender su poder seductor. En el registro de la comunicación perversa, hay que impedir que el otro piense, comprenda, actúe; ya se trate de la víctima o del entorno.



El acosador necesita crear un estado de opinión y para ello se sirve de la manipulación del menguaje, que consiste principalmente en:



[editar] Uso de palabras talismán y refranes

El manipulador hace un uso abusivo de las palabras “talismán” de cada cultura, de tal manera que al tener ese valor añadido culturalmente no han de ser demostradas y a menudo encubren justamente una realidad opuesta a la que manifiesta el manipulador. El engaño está en que el emisor al nombrar una palabra-talismán sabe que los oyentes dan por supuesto que define una realidad. Concretamente en caso de ciberacoso, hará uso de los puntos suspensivos al finalizar frases, refranes, difamaciones, induciendo en el lector de forma deliberada una idea, manipulándole para que piense que ha sido él solo quien ha llegado a esa conclusión.



[editar] Los esquemas mentales

La persona que utiliza el lenguaje para manipular las voluntades ajenas hace un uso excesivo de opciones contrapuestas. Si se analiza en profundidad las dos opciones se puede llegar a encontrar que pueden ser complementarias. El engaño radica en hacerlas excluyentes dado que si el receptor pudiera darse cuenta de la complementariedad se podría llegar a resolver el conflicto existente y el manipulador necesita de situaciones de crisis para conseguir sus objetivos.



[editar] Los Planteamientos Estratégicos

El manipulador usa la mentira y la falsedad mediante una exposición de motivos que altera la verdad o la silencia. El argumento de un manipulador incluye siempre una falsedad, llegar a descubrirla es dejar al manipulador sin ese argumento, con ello el manipulador habrá de esforzarse en buscar otro argumento que justifique su accionar, y en él volverán a existir falsedades, que deberán ser sacadas a la luz y hacerlas evidentes.



[editar] Los Procedimientos Estratégicos

La estrategia utilizada por el manipulador para conseguir sus propósitos es el uso de la rumorología, del hipercriticismo y de autodefinirse como abanderado de una “noble causa". En la maledicencia, se utiliza la calumnia, la mentira y las insinuaciones malintencionadas.



El acosador atribuye o "acusa" a la víctima de sus propias intenciones como si se tratara de un espejo y le atribuye sus propios defectos, errores y miedos. Es muy habitual que el acosador atribuya a la víctima actitudes de mala fe sin pruebas de ello. Una actitud abierta para detectarlo consiste en escuchar las intenciones que el acosador atribuye a la víctima, dado que nos darán los motivos íntimos del propio manipulador para acosar. El acoso no busca el daño por el daño, busca que este daño genere un resultado. El acosador usa el lenguaje para manipular y esta manipulación se concreta en el uso de la incongruencia y de la contradicción, y esos dos elementos están siempre presentes en todo discurso manipulador.[23]



La personalidad paranoide es un transtorno de personalidad que define características comunes con los acosadores que se hacen pasar por víctimas. Aparecen como signos fundamentales la desconfianza, la psicorigidez, la escasa capacidad de autocrítica, el egocentrismo, la necesidad de adulación. Son personas que albergan rencores y de notable agresividad, en unos casos detectada y en otros proyectada.[29]



Si hay una 'banda de colaboradores', el proceso se acelera, la agresión física es más probable y la víctima sufre una doble victimización: una por su agresor, otra por el público que observa ya sea colaborador directo o consentidor. Influye también el que se consiga o no aislar efectivamente a la víctima, los apoyos de la familia, pareja, amigos y otros compañeros de trabajo son factores determinantes para la estabilidad psíquica de la víctima.[3]



Otro ejemplo de manipulación se encuentra en los 11 principios de Joseph Goebbels, en la propaganda nazi.



[editar] Ejemplos de manipulaciones del ciberacosador

Contactar con amigos, compañeros, familiares de la víctima diciendo que la víctima habla mal de ellos. Si los receptores están ocultando éstos hechos, dificultará que puedan averiguar si es cierto o no, creando un clima hostil y de desconfianza hacia la víctima. Puede haber espiado previamente a éstos, obteniendo información sobre la cuál luego se basan estas manipulaciones.

Usar las propias secuelas creadas en la víctima debido al ciberacoso (ver el siguiente apartado) como justificación de éste, y así conseguir que se adhieran los testigos al hostigamiento.

[editar] Consecuencias del ciberacoso

[editar] Consecuencias sobre la víctima

[editar] A corto y medio plazo

El ciberacoso está presente las 24 horas del día. Siempre está online. Incluso si se apaga el ordenador la víctima sabe qué página web está accesible, o qué personas están propagando ese rumor sobre ti. La dureza de esto es psicológicamente devastadora.[30] Los efectos secundarios de la violencia sistemática (ya sea psicológica, física o sexual) de páginas difamatorias, suelen incluir, en la mayoría de los usuarios agredidos, estrés, humillación, ansiedad, ira, impotencia y fatiga; y, aunque en pocos casos se han presentado enfermedades físicas, en gran parte de estas situaciones el individuo acosado tiene una enorme pérdida de confianza en sí mismo. Para la creación de este ambiente nocivo, los acosadores recurren a las diversas técnicas ya descritas con el fin de generar una especie de delirio de persecución en sus víctimas, de herir y asustar a la víctima.[31] Buscarán crear un estado de paranoia en la cuál la víctima dude de sí misma, intentando así deshacer su vida en todos los aspectos: profesional, social, amoroso y familiar.



Según Iñaki Piñuel, provoca importantes secuelas psíquicas y físicas, estados fuertes de ansiedad, insomnio tardío, dolores de espalda y estados depresivos. El afectado tiene un descenso en su rendimiento, además de provocar secuelas psicológicas y emocionales subsiguientes, con una autoestima fuertemente lastimada.[5] Las fotos de conductas ilegales o inapropiadas robadas pueden sentar precedente y costarles en un futuro el acceso a educación institucional o a un empleo.[31]



[editar] Secuelas del acoso prolongado

Según Marina Parés Soliva, en “Peritación Social del Mobbing”,[29] los supervivientes de acosos prolongados desarrollan cambios de personalidad característicos del desorden de estrés postraumático, incluyendo deformaciones en la capacidad de relacionarse.



Como los síntomas postraumáticos son tan persistentes y tan variados, pueden ser confundidos con rasgos de la personalidad de la víctima. Tiempo después de que haya acabado el acoso, muchos afectados, siguen sintiendo que ha muerto una parte de ellos, y algunas víctimas, las más afligidas, desearían estar muertas. La amenaza de aniquilación que define el acoso puede atormentar al superviviente mucho después de que haya pasado el peligro. Las personas traumatizadas se sienten absolutamente abandonadas, y solas, exiliadas del sistema humano de cuidado y protección.



El acontecimiento traumático que significa ser víctima del hostigamiento del entorno ha destruido la creencia de que el individuo puede ser “uno mismo” en relación con los demás.



Así por definición, los acontecimientos traumáticos frustran la iniciativa y destrozan la competencia individual. Con independencia de la actitud de la víctima, el acoso ha proseguido, es decir que no importa lo valiente y lo llena de recursos que esté la víctima; sus acciones fueron insuficientes para evitar el desastre. Después de los acontecimientos violentos del acoso las víctimas revisan y juzgan su propia conducta, y los sentimientos de culpa y de inferioridad son prácticamente universales.



Se ha comentado anteriormente que los acontecimientos traumáticos destrozan los sistemas de protección normales que dan a las personas una sensación de control, de conexión y de significado. Así las reacciones traumáticas tienen lugar cuando la acción no sirve para nada, es decir, cuando no es posible ni resistirse ni escapar, entonces el sistema de autodefensa humano se siente sobrepasado y desorganizado. Es en estas situaciones cuando los acontecimientos traumáticos producen profundos y duraderos cambios en la respuesta fisiológica, las emociones, lo cognitivo y la memoria.



[editar] Cambios en la personalidad de la víctima

Unos de los efectos más característicos es el cambio que la situación de psicoterror puede operar en la personalidad de las víctimas. Se han descrito tres patrones básicos de cambios permanentes en la personalidad, como consecuencia de una situación de acoso, que presentan las siguientes características:



Resignación: aislamiento social voluntario, la víctima no se siente parte de la sociedad (efecto de alienación, la víctima muestra una actitud cínica hacia el mundo.

Predominio de rasgos obsesivos: actitud hostil y suspicacia, sentimiento crónico de nerviosismo, hipersensibilidad con respecto a las injusticias.

Predominio de rasgos depresivos: sentimientos de indefensión, incapacidad para disfrutar y sentir placer, anhedonía, desesperanza aprendida.[9]

Los efectos sociales del acoso laboral en la víctima se caracterizan por la aparición de actitudes de desconfianza y conductas de aislamiento, evitación y retraimiento. Dichas consecuencias sociales también se manifiestan en las relaciones familiares tales como sentimientos de incomprensión; pérdida de ilusión e interés por los proyectos comunes; abandono de responsabilidades y compromisos familiares y; alteración de la afectividad.



Lo que constituye el fenómeno destructor del acoso es la repetición de las vejaciónes y las humillaciones. El acoso es un fenómeno terrorífico porque es inhumano. No conoce los estados de ánimo, ni la piedad. Los testigos, por bajeza, por egoísmo o por miedo, prefieren mantenerse al margen. Cuando una interacción asimétrica y destructiva de este tipo arranca entre dos personas, lo único que hace es amplificarse progresivamente, a menos que una persona exterior intervenga enérgicamente. Si en algún momento del proceso de acoso alguien, con un cierto poder, reacciona de un modo sano, el proceso se detiene.[29]



Ciberacoso laboral



En el caso de ciberacoso laboral (network mobbing), muchas veces el agredido ni siquiera se entera de que se lo está atacando. Percibe sí sus consecuencias: puertas que se cierran, miradas recelosas y frialdad por parte de interlocutores antes amistosos y vueltos esquivos de un momento a otro. La víctima se debate entre conservar su puesto o sufrir el abuso de personas con poder para vulnerarla.



Por otro lado, la informalidad propia de las redes permite que personas hostiles, resentidas, con ansias de dominio o falta de escrúpulos, puedan acosar impunemente. El hacer correr un rumor o una calumnia, por una razón personal o por diferencias ideológicas, en forma anónima o desembozada, de boca en boca o mediante e-mails, no es una travesura sin consecuencias. El acoso puede provocar estrés, somatizaciones, depresión, pérdida del trabajo o llevar al suicidio.[32]



[editar] Consecuencias sobre el ciberacosador

Los efectos del acoso no son exclusivamente dañinos para víctima, sino que el propio acosador entra en un círculo vicioso del que resulta difícil escapar, y es precisamente, esta propia dinámica de agresión la que va destruyendo poco a poco su vida, lo más profundo de su personalidad: los valores que lo constituyen como persona. Las conductas de acoso pueden hacerse crónicas y convertirse en una manera ilegítima de alcanzar sus objetivos, con el consiguiente riesgo de derivación hacia conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género.[7
[editar] Consecuencias sobre los testigos

Los espectadores corren el riesgo de insensibilizarse ante las agresiones cotidianas y de no reaccionar a las situaciones de injusticia en su entorno.[22
[editar] Consecuencias si no se actúa contra el acoso

Si no se actúa contra el ciberacoso, esto servirá como refuerzo de esta estrategia acosadora, con lo que es probable que el acosador vuelva a hacer uso de esa técnica que le ha sido tan provechosa para él y con ello que se instaure el acoso. En el caso de ciberacoso laboral, ésta actitud convertirá la empresa en un contexto tóxico, es decir, un caldo de cultivo de otros futuros acosos, ya que verán que la difamación anónima da resultado y queda impune.[23]


Luego voy a seguir editando esta entrada para que no dejen de leerla aki está en enlace de todas formas aunque no he recortado casi nada de todo el artículo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ciberacoso

!! STARDOLL PARA DIVAS LATINAS !!
escrito por:
estefaniasoleda
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